Compre sus trofeos, medallas y premios a una de las empresas más eficientes y premiadas del sector de los premios. Nuestra empresa es conocida desde 1998 en el área de habla alemana bajo la marca "Helm Pokale" por su buena calidad, servicio de primera, alta velocidad de entrega con una muy buena relación precio-rendimiento. Con nuestro claro enfoque en la industria de los trofeos, las medallas y los premios, le ofrecemos un servicio óptimo gracias a nuestra experiencia, procesos y sistemas especialmente adaptados.

Biografía de la empresa

escrito por nuestro director general Christian Helm

Fundada en 1998 como una línea de negocio adicional en la tienda de bicicletas de mis padres, Helm Trophy ha crecido rápidamente en los últimos 20 años. Al principio, los trofeos se ofrecían en un espacio minúsculo de unos dos metros cuadrados y acabados con grabados. Pero al cabo de unos meses, el espacio ya no era suficiente. Le siguieron varias mudanzas, el primer sitio web propio de la empresa e incluso un sistema de control de procesos (casi) totalmente automatizado. Mientras tanto, ya no se trata sólo de vender trofeos. Como antiguo ciclista profesional, conozco las emociones asociadas a los trofeos. Sé que los clubes ponen mucho empeño en la organización de sus eventos y, por tanto, tienen grandes expectativas en nosotros, en nuestros productos y en la puntualidad de las entregas. Basándome en estas experiencias personales, hice que Helm Trophy se centrara en el cliente desde el principio. Esto nos permitió crecer y cambiar la industria de los trofeos. Puede leer más sobre nuestro viaje hasta ahora y nuestros objetivos futuros aquí:

En 1998, mis padres tenían una pequeña tienda de bicicletas en Butzbach. La tienda iba bien, pero sobre todo en invierno faltaban clientes. Sólo se repararon algunas motos o se vendieron algunas. Por eso, mis padres siempre habían buscado una segunda pata en la que apoyarse. Fue pura casualidad, por así decirlo, que una tienda de artículos promocionales y trofeos situada frente a la tienda cerrara por razones de edad. Al principio, uno de los empleados siguió llevando el negocio, pero en algún momento necesitó dinero, vino corriendo a la tienda de mis padres y nos preguntó si queríamos hacernos cargo del negocio. Mis padres dijeron que no al principio, pero se pensaron la idea durante mucho tiempo. En algún momento decidimos montar el negocio nosotros mismos. Compramos una máquina de grabado manual, montamos un pequeño separador de dos metros en la tienda y empezamos a grabar y vender trofeos. Participé desde el principio e hice mi formación como vendedor al por menor al mismo tiempo. También experimentamos al principio. Producimos tazas, puzles, alfombrillas de ratón, etc. Entonces no nos centrábamos en los trofeos. Sabíamos cómo funcionaba el comercio minorista, pero ofrecer estos productos era un territorio nuevo para nosotros. Además, tuvimos que aprender a manejar las nuevas tecnologías. En aquella época, buscábamos trofeos en los catálogos de los grandes proveedores, anotábamos los números de catálogo a mano y enviábamos nuestros pedidos por fax. En general, fue una época estresante, algo típico de las empresas de nueva creación.


Luego, en noviembre de 2001, me hice cargo oficialmente de la empresa. Y al mismo tiempo creamos la primera tienda online. La idea vino de mi padre, que dijo: "¡Vamos, hagámoslo!". En aquel momento, lo gestionamos con un sistema modular y rápidamente llegamos a nuestros límites. Pero también pensamos: "¡Lo principal es empezar!". Pero también busqué rápidamente alternativas y empecé a programar por mi cuenta. A principios de 2006, puse fin a mi carrera ciclista para centrarme más en mi empresa. El objetivo era crecer. Y me he dado cuenta de que los clientes quieren que se les entregue la mercancía aún más rápido. Hoy en día eso es normal, estándar, por así decirlo. Algo completamente nuevo en aquella época, así que decidí construir un almacén. Antes, pedíamos los productos al mayorista por encargo y los grabábamos en consecuencia. En 2006, ofrecimos por primera vez algunos productos "para los que tienen prisa". Teníamos algunas tazas en stock y podíamos grabarlas y enviarlas muy rápidamente. Sin embargo, ya nos dimos cuenta de que el negocio de los trofeos estaba desplazando poco a poco a la tienda de bicicletas. Los 300 metros cuadrados, en los que antes había innumerables bicicletas, en algún momento dejaron de ser suficientes. Mi novia de entonces y ahora esposa, Verena, fue la que finalmente me convenció de que me mudara. En 2009 nos trasladamos a Eiterfeld Arzell (Hesse). Nuestro proveedor de entonces también estaba cerca, lo que facilitó mucho la comunicación. Poco después, Verena empezó a trabajar a tiempo completo en la empresa. No lo dijimos en su momento, pero teníamos claro que la empresa nos pertenecía a los dos. Nos complementamos. Ella, con su formación en gestión de oficinas, me inspira y me da ideas. Fiel al lema: hay una solución para todo. Esta actitud me parece genial. Y ayuda a tomar buenas decisiones para la empresa y los empleados. Una de esas decisiones fue revisar nuestro sitio web tras el traslado a Eiterfeld Arzell. Incluso fuimos galardonados por ello en 2011 con el Premio al Sitio Web de la Asociación de Premios y Personalización (ARA). La ARA es la mayor asociación mundial del sector de los trofeos. A esto le siguieron otros premios en 2013 como "Mejor gran distribuidor del año" y de nuevo en 2014 y 2018 como "Mejor página web".


Siempre tuvimos la visión de construir algo grande. En 2014, desarrollamos la idea de transformar nuestro negocio una vez más. En aquella época, todavía adquiríamos la mayoría de nuestros trofeos de un mayorista, los grabábamos y los enviábamos a nuestros clientes. Sin embargo, los clientes siempre estaban vinculados a nuestros mayoristas y no eran muy flexibles en sus deseos. Así que en 2014 registramos Helm Pokale como marca alemana y empezamos a construir una nueva planta de producción en Friedewald, nuestra ubicación actual. En 2.000 metros cuadrados podemos satisfacer casi todos los deseos de nuestros clientes. Y en un día. También gracias a nuestro secreto de empresa: el proceso de pintura. Lo desarrollamos en 2017 y desde entonces ofrecemos trofeos no solo en el color dorado estándar, sino también en bronce, plata o todas las variantes imaginables. También hemos invertido mucho en conocimientos técnicos y máquinas. Sin embargo, una gran parte de la producción se sigue haciendo a mano.


Para nosotros, el cliente es el centro de atención. Desde el pedido de productos, pasando por la producción y el envío, hasta las reclamaciones. Sé por experiencia propia cuánto trabajo y tiempo dedican los clubes, por ejemplo, a la organización de eventos. Por eso me parece importante que nuestros clientes no tengan que preocuparse por la parte más importante de un evento, el premio. Helm Trophy es sinónimo de calidad y fiabilidad. Creo que me llevé esta filosofía de mi época de atleta. Un momento especialmente formativo fue el Campeonato de Hesse de 2002, cuando terminé segundo y subí al podio, radiante con la medalla al cuello. Fue en la ceremonia de entrega de premios cuando me di cuenta realmente de lo que había conseguido: Fui subcampeón en mi grupo de edad. Fue una sensación indescriptiblemente maravillosa subir al podio y hubiera preferido no bajarme de la moto. Pero cuando quisimos abandonar el podio, me volvieron a quitar la medalla de plata. La razón que se dio fue que sólo había un juego de medallas para todos los grupos de edad. Se suponía que iba a recibir mi medalla personal más tarde. No tuve opción y tuve que devolver la medalla que me acababan de entregar en el podio. De nuevo, es difícil describir lo que sentí en ese momento. Ira, decepción, incomprensión, tristeza. Todo de alguna manera. Porque tuve que devolver el premio por mi actuación. Y con ello todas las emociones y recuerdos de esa competición. Para mí, en ese momento estaba claro que algo así no debía ocurrir con ningún honor. Y a menudo he tenido que recordar ese momento de la historia de nuestra empresa. Un buen ejemplo fue un Campeonato Europeo de Taekwondo. Los organizadores habían encargado los últimos trofeos de figuras disponibles en Europa en ese momento. Afortunadamente, aún pudimos terminar la serie y enviarla. Pero debido a un desafortunado error de la empresa de transporte, los trofeos acabaron en España. A continuación, hicimos todo lo posible para conseguir de alguna manera los trofeos. Un mensajero viajó a España, cargó los trofeos y se fue directamente al Campeonato de Europa. Incluso seguía en la autopista en un atasco total. El tráfico no avanzaba y nada retrocedía y el tiempo se agotaba en ese momento. Nuestro mensajero llegó apenas media hora antes de la ceremonia de entrega. Por suerte llegamos a tiempo, porque teníamos claro que no debía ser posible que los organizadores no entregaran ningún trofeo al final de un campeonato tan importante.


La pandemia de Corona también ha supuesto un reto completamente nuevo para el Helm Trophy. Afortunadamente, hasta ahora no hemos tenido que despedir a ningún empleado. Aproveché el tiempo para formarme con un coaching empresarial. Desde entonces, he tuteado a mi personal, he escuchado con más atención y he tenido mucho más en cuenta los problemas privados de nuestro personal. Verena y yo también hemos trabajado en la idea de la empresa y la hemos desarrollado más. Tenemos claro que ampliaremos el Helm Trophy a nivel internacional. Ya estamos enviando algunos paquetes a Australia y Canadá. Siguen siendo valores atípicos, pero nos gustaría enviar más paquetes al extranjero. Somos conscientes de que existe una demanda de nuestros trofeos de alta calidad y durabilidad y queremos convertirnos en el principal proveedor de premios, tanto para competiciones como para honores a los socios. Nos damos cuenta de que sólo los trofeos pueden captar la emoción de la victoria o del voluntariado tan bien que nunca se desvanece. Por un lado, un premio es una forma de expresar el reconocimiento. No importa si se trata de una victoria o de muchos años de trabajo voluntario que se están honrando. Un trofeo es la forma ideal de reconocimiento. Si el trofeo se entrega en una ceremonia de entrega de premios ante una gran audiencia o en una asamblea general anual ante todo el equipo, genera una gran emoción. Sobre todo, la alegría. Y son precisamente estos recuerdos los que se capturan y almacenan, por así decirlo, con el trofeo. Esto funciona menos con otros regalos, por ejemplo una toalla, porque los objetos se usan y no se tratan con cuidado como trofeos. Por lo tanto, los recuerdos nunca se desvanecen, al contrario: normalmente los trofeos se exponen en una vitrina o se guardan cuidadosamente en cajas de recuerdos. Y cada vez que se sacan de nuevo, los recuerdos vuelven a inundar y los momentos de la victoria o el evento están ahí de nuevo. Por ello, el trofeo también debe ser de alta calidad y robusto. No debe romperse. A principios de 2022, rediseñamos fundamentalmente nuestro sitio web. Desde entonces, la tienda en línea es accesible en ocho idiomas; la configuración es ahora aún más fácil, ya sea para una o cien tazas. Y nuestros clientes ahorran ahora un valioso tiempo en el proceso de pedido. En el futuro, queremos crear más almacenes. Primero en Europa, después en todo el mundo. Como puede ver, los casi 25 años de historia del Trofeo Helm están lejos de terminar.

Biografía Christian Helm

Nacido en Eisenach, probé muchos deportes en mi primera infancia. Al final, me sentí atraído por el ciclismo, al igual que mi padre entonces. Durante un tiempo competí en carreras nacionales e internacionales, pero decidí poner fin a mi carrera profesional. En cambio, me concentré plenamente en la venta y la personalización de trofeos. Sin embargo, mientras tanto, la familia es lo más importante para mí. Con mi mujer Verena y mis cuatro hijos, puedo desconectar. Una lección de la que he tomado conciencia gracias a un curso de formación empresarial. Si quiere saber más sobre mí y mi vida, puede leer la biografía completa.

Nací el 12 de agosto de 1982 en Eisenach (Turingia). Hago deporte desde mi más tierna infancia. Todo empezó cuando tenía unos 4 años, cuando aprendí a nadar en un club de waterpolo. Por desgracia, no recuerdo cómo me metí en esta afición, pero es evidente que la disfruté. Sin embargo, antes de la caída del Muro de Berlín, mis padres se trasladaron a Butzbach (Hesse). Aquí busqué una nueva pasión y la encontré en la Asociación Alemana de Salvamento DLRG. Me he metido de lleno en ella. Siempre ha sido así. O hago algo completamente o no lo hago. Rápidamente completé la formación para ser socorrista y aprobé las insignias de socorrista en bronce y plata. Sin embargo, la natación nunca me llenó, por lo que probé otros deportes como el tenis de mesa o el karting. Fue a través de mi padre, Jürgen Helm, que me inicié en el ciclismo. Fue profesional amateur en la RDA y participó en todos los grandes campeonatos nacionales y extranjeros. Todavía recuerdo muy bien cómo me sentaba en nuestro entrenador casero a la edad de 7 u 8 años y pedaleaba. Eso me marcó. Igual que mi padre. Nunca fue el clásico modelo de conducta para mí, pero siempre estaba ahí para ayudar y aconsejar. Durante un tiempo también fue mi entrenador. Fue estupendo tenerlo a mi lado en varios campeonatos y carreras internacionales, como la París Roubaix. Así pudimos vivir muchos momentos hermosos juntos.


Por el camino, completé mi aprendizaje como vendedor al por menor en el negocio de mis padres y me gradué con las mejores notas. En 1998, también empezamos a establecer un nuevo negocio de distribución de trofeos en la tienda de bicicletas de mi padre. Así nació la idea de Helm Pokale. Para mí, estaba claro desde el principio que quería construir la distribución a lo grande. También era la combinación perfecta para practicar mi deporte. Además, entrenaba todos los días, iba al gimnasio por la mañana temprano o salía a correr y por la tarde estaba en la bicicleta estática. En mi época profesional, entrenaba hasta seis horas al día. El duro entrenamiento dio sus frutos: En el año 2000, me convertí en campeón del club RV Sossenheim 1895 e.V. El club sigue siendo considerado el semillero de jóvenes talentos del deporte profesional. En 2003, poco antes de empezar mi carrera profesional, Heiko Salzwedel se convirtió en mi entrenador. Según los medios de comunicación, se le considera el "entrenador de ciclismo más exitoso del mundo". Era una persona analítica, se preocupaba mucho por sus protegidos, pero también exigía mucho. La eficacia y el trabajo en equipo eran muy importantes para él. A pesar de sus esfuerzos y su duro entrenamiento, no fue suficiente para llegar a la cima.

A principios de 2006, puse fin a mi carrera ciclista para centrarme más en mi negocio. También encontré una nueva pasión en el buceo. También me involucré en el club de buceo de forma voluntaria. Creo que lo he heredado de mi padre. Él también participó activamente en innumerables clubes y juntas. No quería imitarle, pero disfrutaba organizando los viajes del club de buceo, por ejemplo. Mientras tanto, estoy principalmente para aconsejar y apoyar. Porque lo más importante en mi vida es mi familia. En el pasado fue el ciclismo, luego en algún momento la empresa. Creo que mi esposa Verena tuvo que mostrar mucha comprensión aquí. Nos conocimos en la autoescuela en el año 2000 y nos enamoramos rápidamente. Me ayudó mucho a montar el negocio de distribución de trofeos. Al final, sin embargo, la relación fracasó debido a nuestra falta de experiencia en la conciliación de la vida laboral y privada. En 2002 nos separamos. Seis años después, cuando ya éramos mucho más maduros, lo volvimos a intentar. Creo que como Verena ya sabía lo que significaban para mí los negocios y el deporte, teníamos un vínculo mucho más estrecho. En 2010 nos dimos el "sí quiero". Ese año nació nuestra primera hija, Helmine. Mientras tanto, tenemos cuatro hijos: Helmine, Hugo, Henriette y Harro. Desde que nacieron los cuatro, me he convertido cada vez más en un hombre de familia. Los cuatro fueron también una de las razones por las que seguí haciendo trabajo voluntario. No sólo en los clubes deportivos, sino también, por ejemplo, durante dos años como vicepresidente de la asociación de apoyo a la guardería o, también durante dos años, en el consejo asesor de padres de la escuela primaria de nuestros hijos y en el cuerpo de bomberos voluntarios. En esta última, inicié un grupo de Bambini y completé el curso de formación básica de bombero para ello. Desde entonces, soy miembro activo del cuerpo de bomberos voluntarios. También he aprendido a dejarme llevar un poco por los cuatro. Antes, mi mujer y yo hablábamos del trabajo durante la cena o mientras veíamos una película; ahora nos tomamos más tiempo para la familia. El desayuno y la cena, por ejemplo, son momentos familiares.


Cuando la pandemia de Corona paralizó toda Europa en 2020, me hizo pensar mucho. Para mí y para mi empresa, el impacto de la pandemia y del cierre era incierto. Sin embargo, vi el momento como una oportunidad y en ese momento leí el libro "El camino para convertirse en un empresario de éxito: cómo usted y su negocio pueden tomar un nuevo impulso" de Stefan Merath para seguir avanzando en mi negocio. En los últimos años, sentía que conducía con el freno de mano puesto; como si el negocio no avanzara. En algún momento dejé de marcarme grandes objetivos y de no hacer nada de corazón. Quería cambiar eso. Desde hace un año, estoy recibiendo entrenamiento. Yo mismo diría que también me ha convertido en un mejor líder. Soy más autorreflexivo y más sensible a los sentimientos y emociones de los demás. También he desarrollado más la idea de la empresa y he considerado a quién queremos y podemos ayudar realmente. Entre otras cosas, esto nos llevó a la idea de escribir guías de asociación y entregarlas a nuestros clientes. Simplemente quiero devolver algo. Quiero devolver algunos de los conocimientos que he adquirido en los clubes y puestos de voluntariado, o las emociones que asocio al deporte. Éxitos y fracasos. También he aprendido a fijarme de nuevo objetivos profesionales más grandes. Quiero ampliar aún más el Helm Trophy y darlo a conocer en toda Europa, incluso en todo el mundo. Y sobre todo, quiero pasar más tiempo con mi familia.

El 31 de enero de 2013, fuimos galardonados por la (Asociación de Premios y Reconocimientos) en su Gala Internacional de Premios en Las Vegas.
En la categoría "ARA Large Retailer of the Year 2012-2013" (mejor gran minorista del año 2012-2013), fuimos nombrados ganadores del Concurso.

La ARA (Asociación de Premios y Reconocimientos), que organizó el concurso para sus miembros, es la mayor asociación mundial del sector de los trofeos.

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La Awards and Personalisation Association [anteriormente: ARA (Asociación de Premios y Reconocimiento)], que organizó el concurso para sus miembros, es la mayor asociación del mundo en el sector de los trofeos. Puede encontrar información sobre la Awards and Personalization Association en. www.awardspersonalization.org